martes, 30 de octubre de 2007

Cor ad cor

Bien, pues tras diversas cuitas, os anuncio la apertura de mi web Cor ad cor. Obviamente está en construcción pero, salvo que alguien consiga explicarme cómo se hace funcionar en mi web el modelo de blog que se usa acá en PD, lo fundamental de la web, que son el blog y el nuevo foro, quedará tal y como está.

Estos son los enlaces:

Web principal
http://www.coradcor.com/

Blog
http://www.coradcor.com/blog/

Foro
http://coradcor.forogratis.es/

Para escribir comentarios en el blog no hace falta registrarse (si alguien no puede, que me lo diga). Para el foro, sí se requiere registro.

Pues hale, espero que os guste. No tanto el diseño, que es más bien ortopédico, como el contenido, que no diferirá de lo que habéis leído aquí durante el último año. Con el paso del tiempo, espero poder incorporar más cosas aunque mi limitada capacidad de programar en HTML no dará para muchas alegrías.

Dios nos ampare a todos,

Luis Fernando Pérez Bustamante

lunes, 29 de octubre de 2007

Preparando coradcor.com

Hoy dedicaré buena parte del día a intentar que funcione como es debido la que será la web donde quedará alojada definitivamente mi blog "Cor ad cor loquitur". Será en http://www.coradcor.com


Dado que mis conocimientos de programación no van más allá del HTML simplote, tengo que buscarme la vida para ver cómo meto el software de http://b2evolution.net/ que es el que me interesa para el blog porque es idéntico al que se usa en Periodista Digital.

sábado, 27 de octubre de 2007

Fiesta para la mayoría, no para los amargados


Mañana la Iglesia española estará de fiesta. Recordará su fidelidad a Cristo en los momentos más críticos de su historia. Recordará que merece la pena llegar a dar todo por nuestro Señor, incluída la vida, antes que renegar de Él. Pues bien, lo que debería ser motivo de gozo para todo el que lleve el nombre de cristiano y el apellido de católico, es motivo de amargura, de crítica y de ácido rencor para ese sector eclesial que hace tiempo que juega una partida que, a pesar de sus pretensiones, no tiene nada que ver ni con los pobres, ni con los desheredados, ni con el pueblo de Dios, ni con nada de nada.

Los Enrique de Castro, Hilari Raguer, Quintín González, comunidades de base, atrios y demás farándula son antes siervos de la izquierda política que de Cristo y su Iglesia. Odian a Franco no porque fuera un dictador que nos gobernó durante casi cuarenta años,sino porque fue él quien impidió que España cayera en manos de sus hermanos de sangre espirituales y políticos. Estos que exigen hoy a la Iglesia que pida perdón por la represión franquista son los que quieren negar la condición de mártires a los que en verdad lo son. Son los que no son capaces de exigir a la izquierda mundial que pida perdón por los más de cien millones de muertos que produjo en el siglo XX. Son los que se abrazan como perros falderos a los pies de Castro, los que han prostituido el evangelio con una teología de la liberación que estaba, y está, al servicio de la antigua komitern y el actual movimiento de antiglobalización, bajo el que se ampara todos los grupúsculos anti-sistemas habidos y por haber.

Estos que reniegan de la Iglesia que sobrevivió a la persecución más grande habida en la historia del cristianismo en este país, son una pieza clave en el mundillo político-cultural radical-izquierdista que encabeza Zapatero en su intento por erradicar el cristianismo del alma de una España que odian. Digo que la odian porque en verdad es así. Saben que el nombre de España no puede ser separado de la Cruz de Cristo, no puede ser separado de su condición de tierra de María, no puede ser separado de su alma católica. Y como ellos odian a Cristo, a su Madre y a su Iglesia, entonces odian a España.

Estas flores del mal a las que neciamente se permite seguir envenenado el aire del campo de la Iglesia harán todo el daño que puedan, pero no nos van a robar aquello que Dios nos ha regalado. No nos van a impedir disfrutar de esa fiesta de la fe que llevará a los altares y a nuestros corazones a cada uno de esos hombres y mujeres que derramaron su sangre para que el cristianismo pueda seguir vivo hoy en nuestra patria. De su ejemplo, de su coraje y de su testimonio de gracia y perdón sacaremos fuerzas para enfrentarnos a los que hoy, con una estrategia diferente, quieren lograr el mismo objetivo que buscaban los que les asesinaron. No pasarón entonces. No pasarán ahora.

Luis Fernando Pérez Bustamante.

viernes, 26 de octubre de 2007

Buena conferencia de Ramón Novella, presidente de Profesionales por la Ética en Cataluña


Como anuncié el miércoles pasado, esta tarde-noche ha tenido lugar en Huesca la conferencia sobre la EpC pronunciada por Ramón Novella García, presidente de Profesionales por la Ética en Cataluña. La asistencia no ha sido muy nutrida pero ha venido gente incluso de pueblos no precisamente cercanos a Huesca, lo cual demuestra que cuando un padre está de verdad interesado en la educación que se da a sus hijos, no repara en distancias y va a donde sea necesario para informarse mejor.

Don Ramón ha estado a la vez ameno y clarificador. En realidad la mayoría de los presentes, por no decir la práctica totalidad de los mismos, ya somos opositores en mayor o menor medida a la EpC, y por lo tanto el conferenciante jugaba a favor de obra, pero una cosa es estar en contra de esa asignatura y otra el saber dar públicamente una explicación de las razones de nuestra oposición. En ese sentido, la charla del amigo Novella García nos ha sido muy útil. De la misma podemos sacar una buena estrategia de comunicación que nos servirá cuando tengamos que abordar el tema en reuniones de Apas, o al enfrentarnos a directores de colegios reacios a tramitar nuestro derecho a la objeción de conciencia.

Como ya he escrito varios artículos en Cor ad cor sobre este proyecto de adoctrinamiento totalitario de parte de un gobierno radical, no creo necesario volver a repetirme. Tampoco voy a recordar lo patético que es para muchos católicos el comprobar cómo en el seno de la Iglesia hay cómplices, por acción y omisión, del posible éxito de esta "obra maestra" de la ingeniería social zapateril. De entre los colegios religiosos oscenses creo que había apenas dos o tres asistentes. Señal de las pocas ganas que tienen de escuchar lo que ya saben. También estaba el Vicario de la diócesis, pero me huelo que era el único sacerdote de los allá presentes.

Queda mucho por hacer. Es ingente la tarea de informar a otros padres del ataque a sus derechos que supone la obligatoriedad de la EpC. No podemos confiar en que la mayoría de los medios de comunicación traten ecuánimemente este conflicto. El boca a boca se revela como esencial a la hora de hacer crecer el movimiento de los objetores de conciencia contra el totalitarismo laicista que supone esa asignatura. Y lo que está en juego es ni más ni menos que la educación de una generación entera. Nunca debimos permitir que la Logse creara una generación de analfabetos intelectuales, pero sobre todo jamás debemos admitir que ahora quieran sacar una hornada de analfabetos morales. Si lo permitimos, España será presa fácil para caer en manos de un populismo propio de otras latitudes.

Eso sí, el PSOE debería de haber aprendido la lección de que ese tipo de populismos pasan con una facilidad pasmosa de ser de izquierdas a ser de derechas. La EpC y el resto de la ingeniería social del gobierno Z son la incubadora de un huevo maligno. La serpiente que salga del mismo puede tener las barbas de un Castro o el bigote de un Hitler. Hay que pisotear ese huevo antes de que sea demasiado tarde.

Luis Fernando Pérez Bustamante

Mucho más valiosos que piedras preciosas y que oro refinado


Pero el Maligno, celoso y envidioso, el adversario de la familia de los justos, habiendo visto la grandeza de su martirio y lo intachable de su vida desde el principio, y cómo fue coronado con la corona de la inmortalidad, y hubo ganado un premio que nadie puede desmentir, se las arregló para que ni aun su pobre cuerpo fuera sacado y llevado por nosotros, aunque muchos deseaban hacerlo y tocar su carne santa. Así que hizo salir a Nicetes, el padre de Herodes y hermano de Alce, para rogar al magistrado que no entregara su cuerpo, según se dijo: «para que no abandonen al crucificado y empiecen a adorar a este hombre»; lo cual fue hecho por instigación y ruego apremiante de los judíos, que también vigilaban cuando iban a sacarle del fuego, no sabiendo que será imposible que nosotros abandonemos en este tiempo al Cristo que sufrió por la salvación de todo el mundo de los que son salvos —sufriendo por los pecadores siendo El inocente—, ni adorar a otro. Porque a Él, siendo el Hijo de Dios, le adoramos, pero a los mártires, como discípulos e imitadores del Señor, los respetamos y queremos como merecen, por su afecto incomparable hacia su propio Rey y Maestro. Que nuestra suerte sea también ser hallados copartícipes y condiscípulos de ellos. El centurión, pues, viendo la oposición levantada por parte de los judíos, le puso en medio y lo quemó según su costumbre. Y así nosotros, después, recogimos sus huesos, que son mucho más valiosos que piedras preciosas y que oro refinado, y los pusimos en un lugar apropiado; donde el Señor nos permitirá congregarnos, según podamos, en gozo y alegría, y celebrar el aniversario de su martirio para la conmemoración de todos los que ya han luchado en la contienda y para la enseñanza y preparación de los que han de hacerlo más adelante.

(Epístola de la Iglesia de Esmirna a la de Filomelio -Martirio de Policarpo-, XVII-XVIII, siglo II d. de C )


Desde siempre la Iglesia ha considerado a sus mártires como el tesoro más preciado de cuantos puede ofrecer al Señor. Desde siempre los ha honrado y venerado, pues ellos son ejemplo de la más alta fidelidad a Cristo. Es por eso que la Iglesia española está de fiesta este fin de semana. En Roma se va a producir la beatificación más masiva de toda la historia. Cuatrocientos noventa y ocho se sus hijos van a ser elevados a los altares.

Su derramamiento de sangre no fue en vano. Nos dieron ejemplo no sólo al morir sin renegar de la fe, sino al perdonar, en la mayor parte de los casos, a aquellos que les quitaban la vida. Esa es la gran lección de nuestros mártires. Como Cristo dijo desde la cruz "Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen", nuestros hermanos clamaron a Dios para que concediera el mismo perdón. Eso a pesar de que, a diferencia de los soldados romanos que crucificaron al Señor, en el caso de nuestros mártires los que les mataban sí sabían lo que hacían. Es igual, los que habrían de entrar en el cielo por la puerta grande llevaban como primera petición de intercesión ante el trono de Dios la del perdón a sus ejecutores.

Ojalá Franco hubiera tomado nota y hubiera ofrecido el perdón a los vencidos. No un perdón que debilitara su determinación a impedir que España cayera en manos de los que querían arrancar el catolicismo de su seno. Pero sí un perdón cristiano que entiende que la misericordia está por encima de la justicia vengadora.

Hoy la Iglesia tiene la obligación y el deber de reivindicar dicho perdón. Ahora que se quiere reabrir el costado herido de España, trayendo a la memoria lo peor de su pasado, los católicos debemos de ofrecer a nuestros mártires como instrumentos de reconciliación. Y al mismo tiempo, deben ser una señal clara e inequívoca de que la Iglesia, o al menos la parte más valiosa de la misma, nunca cede cuando se le pone entre la espada y la pared, cuando se la lleva ante la tesitura de tener que elegir entre la mismísima vida terrenal y su fidelidad a Cristo y el evangelio. En ese sentido, la memoria de nuestros mártires nos interpela hoy de forma muy especial. Si queremos ser dignos sucesores de ellos en la fe, no podemos dejarnos llevar por el espíritu de este mundo, que ha convertido en pseudo-pagana a una sociedad que no hace tanto tiempo parecía cristiana.

Luis Fernando Pérez Bustamante

jueves, 25 de octubre de 2007

Lo de Entrevías puede manchar definitivamente la trayectoria de Monseñor Rouco Varela


Parto de un hecho. El pastor de la archidiócesis de Madrid es el cardenal Antonio María Rouco Varela. Nadie más. Le asisten en las tareas pastorales sus obispos auxiliares y el presbiterio, pero el responsable máximo es él y sólo él. Y él tiene por delante una faena complicada. Sé que es mucho más fácil opinar sobre la faena taurina viendo los toros desde la barrera y no en la arena frente al morlaco. Sobre todo cuando estamos ante un toro resabiado, que se las sabe todas y busca empitonar al diestro en cada lance.

Pues bien, en Entrevías el maestro Rouco tiene ante sí a un astifino con una mala leche que espanta al más valiente. Y encima tiene a los del tendido del siete, tocanarices profesionales, apoyando al animal. Pero oiga, la solución no es evitar la lidia absteniéndose de arrimarse al bicho, ni mandar a los muletillas a que le hagan el trabajo. La solución no puede ser tampoco indultar al toro, porque el mismo no es noble sino mal intencionado. Y sólo se indulta a los toros que ha demostrado una bravía perfecta para el toreo, no una inteligencia maligna contra la vida del que viste traje de luces.


En Entrevías hay curas que hace años que deberían de haber dejado de ser curas. Hay curas que se pasan por el forro de sus gónadas la doctrina de la Iglesia, la liturgia de la Iglesia, la disciplina de la Iglesia y la Iglesia misma. Y usted, estimado cardenal, es cómplice de ellos. Es cómplice porque les ha permitido llegar hasta aquí. Es cómplice porque quiere que el conflicto se muera solo por aburrimiento, cuando es obvio que no va a ocurrir así. Es cómplice porque no tiene el valor de hacer lo que tiene que hacer.

No seré yo quien le dé lecciones de nada. Estoy convencido de que usted sabe muy bien que ese tema se le ha ido de las manos. Y sabe las razones. El problema lo heredó. Pero no tiene derecho a darlo en herencia a futuros arzobispos de Madrid. Aquí tiene que haber vencedores y vencidos. Porque de lo contrario, quien será derrotada será la Iglesia que usted pastorea. Los enemigos de la misma, aunque sean sacerdotes, no pueden salir de rositas. Debe usted acabar ya con el problema vallecano o su credibilidad y autoridad episcopal quedará en entredicho, si es que no lo está ya.

Que Dios le ilumine y le dé determinación para cumplir fielmente su ministerio,

Luis Fernando Pérez

miércoles, 24 de octubre de 2007

Conferencia sobre la EpC de Profesionales por la ética en Huesca


Conferencia sobre la asignatura Educación para la Ciudadanía de profesionales por la ética en Huesca el viernes 26 de Octubre.


La
conferencia y posterior coloquio sobre la asignatura Educación para la Ciudadanía, con el título de Educación para la Ciudadanía, ¿educación o adoctrinamiento? se celebrará el próximo día 26 de octubre de 2007 de 19.30 a 21 horas, y contará con la intervención de Don Ramón Novella, Presidente de Profesionales por la Ética de Cataluña y responsable del Area de Educación de dicha entidad.
El conferenciante es Licenciado en Psicopedagogía, Profesor en un centro educativo, Profesor de la Universidad Abat Oliba y padre de familia.
Nuestra asociación se halla inscrita en el Registro de asociaciones de la Generalitat de Cataluña con el número 16.530, y forma parte de la Federación Española de Asociaciones de Profesionales por la Ética. Su finalidad es promover los valores éticos en la vida pública desde una perspectiva interprofesional, con fundamento en una visión cristiana del hombre y la comunidad.
Junto con otras 30 entidades, está colaborando en la campaña en defensa del derecho de los padres y madres a la educación de sus hijos, promoviendo la objeción de conciencia frente a la asignatura Educación para la Ciudadanía.
  • Título: Educación para la Ciudadanía, ¿educación o adoctrinamiento?
  • Ponente: Ramón Novella.
  • Lugar: Salón de actos Genaro Poza Feaccu-Huesca. Huesca
  • Día: Viernes 26 de Octubre
  • Hora: 19.30 horas
  • Organiza: Profesionales por la ética.
Se atenderá a los medios de información a partir de las 19.00 horas en el mismo lugar del acto.
Más información:

Mártires: ciudad sobre el monte


Mártires: ciudad sobre el monte

Queridos Hermanos y amigos: paz y bien.

Jesús se atrevió a llamar dichosos a quienes sufren las lágrimas, el hambre, la asechanza... haciendo de su llanto un canto sereno, vistiendo sus penurias de galas inimaginables, saciando sin empacho el corazón, y suscitando en la persecución acorraladora peregrinos de la eternidad que ya nadie ni nada detendría. ¿Cómo es posible semejante trueque y trastoque? ¿cuál es el secreto por el que una maldita malaventuranza se convierte en bienaventuranza bendita? Son las paradojas de Dios.

Nunca lo entenderán quienes no caminan por los caminos que Dios frecuenta, quienes calculan la crispación y usan de la mentira, quienes malmeten, calumnian e insidian, los camaradas de la oscuridad tenebrosa que no aman ni la luz ni la vida. Pero, este domingo 28 de octubre en la Plaza de San Pedro (Roma) se relata una historia paradójica: la bienaventuranza de la vida que sobrevivió para siempre jamás a la muerte maldita. 498 hermanos nuestros serán beatificados como mártires. que entre los años 1934 a 1939 fueron víctimas de una terrible confusión, una persecución enloquecida, una represión que en nombre de la libertad se trocó en liberticida.

Su delito fue la fe abrazada, la vocación vivida, el testimonio cristiano en todas las vías. No se les encontró en sus hábitos y ropas un carné de partido, ni armas defensivas, ni odio en su mirada, ni siquiera una resistencia legítima. Eran sacerdotes, frailes, monjas, seminaristas y un puñado de seglares. Sencillamente habían encontrado a Dios en sus vidas, escucharon el susurro de su llamada y dijeron un sí grande a lo que en la Iglesia el Señor les proponía.

Con estas beatificaciones no vamos a relatar el escarnio de mofa y befa que sufrieron antes de morir, no queremos reconstruir aquel terrible escenario, ni siquiera pronunciaremos el nombre de los verdugos, sus enseñas y sus siglas. Nada de eso constituye nuestra memoria histórica. Nuestro recuerdo es paradójicamente mucho más subversivo, porque no nace del resentimiento ni pretende reescribir la historia para imponer el olvido. No esgrime la provocación que no pretendemos sino que busca el reconocimiento que nos abre a la gratitud y reconciliación que en estos mártires aprendemos. La impresionante paradoja de que en el paredón del odio de ellos no salió queja alguna, que murieron amando a Dios testimoniando así su belleza, y como hizo el Maestro, mirando a quienes no sabían lo que hacían, imploraban a Dios para ellos el perdón y la clemencia.

Como hemos dicho los obispos en nuestro mensaje con motivo de la beatificación de estos mártires, “el martirio es el signo más auténtico de la Iglesia de Jesucristo: una Iglesia formada por hombres, frágiles y pecadores, pero que saben dar testimonio de su fe vigorosa y de su amor incondicional a Jesucristo, anteponiéndolo incluso a la propia vida. Dado que los mártires son personas de todos los ámbitos sociales, que han pasado su existencia haciendo el bien y que han sufrido y han muerto renunciando a salvar su vida y perdonando a quienes los maltratan, nos sitúan ante una realidad que supera lo humano y que nos invita a reconocer la fuerza y la gracia de Dios actuando en la debilidad de la historia humana”.

En medio de tantos callejones sin salida, de tantos absurdos y heridas, aparecen estos hermanos nuestros que siendo víctimas del odio mortal por su fe confesada y vivida, representan para nosotros un reclamo de perdón, de reconciliación, de vivencia cristiana audaz y sencilla. Son como una ciudad sobre el monte, el testimonio elocuente del verdadero amor y en el candelero de nuestro tiempo la luz más encendida.

Recibid mi afecto y mi bendición.

+ Jesús Sanz Montes, ofm

Obispo de Huesca y de Jaca

28.10.2007

martes, 23 de octubre de 2007

El Rey censor debe abdicar en favor de su hijo


El sucesor de Franco en la jefatura de Estado a título de Rey, que en cualquier república sería el ciudadano Juan Carlos Alfonso Victor María de Borbón y Borbón-Dos Sicilias, está molestísimo con Federico Jiménez Losantos, periodista de la Cope. Hace dos años, a este turolense no se le ocurrió otra cosa que pedir la abdicación del rey en favor de su hijo como forma de afianzar la monarquía, visto el -según la opinión losantina- poco interés que don Juan Carlos I tenía en mover un sólo músculo de su real cara para cumplir su misión constitucional de arbitrar y moderar el funcionamiento regular de las instituciones (art 51,1). Al parecer, al director del progama La Mañana en la cadena de los obispos tampoco le hacía, ni le hace, especial gracia el hecho de que entre las amistades de su Majestad se encuentre personajes de dudosa catadura moral, que deberían supuestamente estar en la cárcel y no lo están por ser amigos de quienes son. Por no hablar de otro tipo de cosas que se saben y no se dicen, por respeto a la institución de la Corona. En ese sentido, dejar paso a quien no tiene hipoteca personal alguna, como es el caso del actual Heredero, sería un acto sabio encaminado a reforzar el régimen de monarquía constitucional que los españoles aprobamos al votar sí a la Constitución.

Sin duda la opinión de Federico es discutible. Se puede estar o no de acuerdo con él. Es más, se puede pensar que a veces se ha excedido en sus críticas el Jefe del Estado. Pero claro, se supone que en la España constitucional existe la libertad de opinión. Se supone que no estamos en el régimen franquista, de quien el actual Rey debe en primer lugar, siquiera cronológico, su condición de monarca. En dicho régimen la crítica al Jefe de Estado podía acabar con un periodista en la calle o en la cárcel. ¿Es eso lo que quiere Juan Carlos I al presionar, según él mismo ha reconocido, al mismísimo cardenal Rouco Varela para que echen a Losantos de la Cope?

Con toda la que está cayendo, con estatutos que atentan contra la igualdad de los españoles, con las amenazas independentistas, con la quema de sus propios retratos, con el avance de las opciones republicanas -amparadas por un presidente de gobierno que considera que el Rey es republicano-, con el ambiente de crispación motivado por la ruptura del espíritu de la Transición, ¿lo que le preocupa a este monarca son las opiniones de un periodista? ¿su misión constitucional consiste en presionar a la Iglesia para que censure a quien le dice las verdades del barquero? ¿es que don Juan Carlos piensa que la labor de la Iglesia es "menos orar y más censurar"?

Federico Jiménez Losantos dice ahora que no debió pedir a don Juan Carlos que abdicara. Sus amigos, que no las presiones institucionales, le han convencido de que cometió un error. Pues yo creo que cuando comete el error es en estos momentos. Es obvio que la Corona corre peligro si sigue en manos de un señor que la utiliza para ajustar cuentas personales con un periodista que le critica. Es obvio que la Monarquía está en peligro si quien está al frente de la misma utiliza a la Iglesia como si viviéramos en otra época de la historia. Es obvio que las posibilidades de que algún día llegue a reinar su Alteza Real, el Príncipe de Asturias, se verán mermadas si su señor padre se pone al frente, o al lado, del involucionismo democrático que estamos sufriendo en España.

Así que, majestad, una vez celebradas las próximas elecciones generales, y gane quien gane, háganos el favor a todos de dejar paso a su hijo. Así España tendrá a un Rey joven, preparado, ilusionado y con capacidad de cumplir aquel papel que usted ya no cumple adecuadamente. Y tanto si hace esto como si no, sí le rogaría que hiciera el favor de dejar a la Iglesia en paz. Que vivimos en el siglo XXI, no en tiempos de Fernando VII.

lunes, 22 de octubre de 2007

La Iglesia debería pensar en denunciar al PSOE


No lo va a hacer. Es impensable que ocurra algo así. Pero no estaría mal que desde la Iglesia se pusiera nombre y apellidos políticos a quienes desde la política se dedican a atacarla, menospreciarla, calumniarla y todos los "arla" que se les ocurran a ustedes.

La última es que desde los sectores más laicistas del PSOE, o sea desde su esencia más pura, se quiere introducir en el programa electoral de ese partido la propuesta de que el Estado denuncie los acuerdos con la Santa Sede. Como la decisión final de la inclusión o no de dicha iniciativa depende de Zapatero, me huelo que al final no aparecerá tal cosa en dicho programa electoral. E igual me huelo que aunque no aparezca, si Zapatero gana acabará por producirse tal denuncia. Al fin y al cabo Zapatero no nos advirtió en su programa electoral del 2004 de que tenía pensado poner a todo el país arrodillado ante Eta. Y luego fue precisamente lo que hizo. Le salió rana la cosa porque media nación no se arrodilló y a Eta no le basta con los gestos de un traidor, pero aquellos nos sirvió para entender que el señor de la Z no es tan tonto como para anunciar antes de las elecciones todos los males que piensa cometer después de triunfar en las mismas.

En cualquier caso, con ruptura o sin ruptura de los acuerdos, lo que le espera a la Iglesia en los próximos cuatro años si sigue gobernando el PSOE es como para pensar si no estamos recogiendo la cosecha de décadas de tibieza y falta de nervio evangélico y profético. Como diría un buen amigo desde la emisora de los obispos, sin ánimo de ser exhaustivos, los hechos que tendremos delante son los siguientes:

1- EpC al cuadrado. Implantación total de la asignatura y presión para que los centros de esa institución tan valiente, osada y poco dada a componendas con la progresía patria como es la FERE, no impidan que su ideario sea excusa para aguar los contenidos adoctrinantes impuestos desde el magisterio y las consejerías de educación de las comunidades autonómicas. Por supuesto, los centros cederán.

2- Utilización de la ley de memoria histórica para extorsionar a la Iglesia, forzándola a quitar todo tipo de inscripciones, lápidas u elementos recordatorios de aquellos hijos de la misma que murieron en la Guerra Civil del siglo pasado.

3- Presión total, con ayuda real incluída, para que la Cope deje de ser una emisora incómoda para el gobierno.

4- Utilización de los medios públicos e ideológicamente afines, en especial los televisivos, para vendernos la burra de la eutanasia, el aborto libre (en la práctica ya se da), proyecto simio y cualquier otra aberración que se les ocurra a los Bernat Soria y compañía. Por supuesto, se presentará a la Iglesia como enemiga del progreso, la ciencia y el hombre.

5- Proliferación y financiación pública de exposiciones, congresos, charlas, obras de teatro y películas de cine ofensivas contra los sentimientos religiosos de los católicos. Lo que hemos visto hasta ahora en ese sentido es sólo un adelanto. Eso sí, es probable que en esa tarea los socialistas cuenten con el apoyo de los Gallardones del PP.

6- Ensayo de régimen totalitario persecutor de la libertad religiosa en alguna de las comunidades autónomas gobernadas por la izquierda. En Cataluña ErC ya está pergeñando una ley que permitirá a los alcaldes cerrar centros de culto religioso, parroquias incluídas.

7- Potenciación mediática e incluso gubernamental de todo lo que huela a heterodoxia y progresía en el seno de la Iglesia Católica. Si hoy la quintacolumna ya está haciendo un trabajo impagable, no queramos imaginar cuál será su papel cuando el zapaterismo apriete el acelerador.

Ante todo eso, la Iglesia tendrá delante de sí dos opciones:

1- Dejarse llevar. Hacer algo de ruido para que parezca que todavía existe pero sin enfrentarse cívicamente al totalitarismo con disfraz de democracia que se nos habrá echado encima

2- Negarse a ser enterrada en vida. Sin ánimo de ser alarmista pero con menos ánimo de ser neciamente optimista, he de decir que es preferible el martirio a la erradicación plena de los valores cristianos de nuestra sociedad. Es preferible quedarse sin concordato, sin conciertos escolares y hasta sin algunas parroquias antes que colaborar, siquiera indirectamente, con los que saben que tienen en su mano lograr desde la justificación de victorias electorales lo que no lograron por la fuerza el siglo pasado.


Gracias a Dios no soy profeta y mi capacidad de adivinación por medios preternaturales no es superior a la de Aramís Fuster. Por tanto, es posible que no pase nada de lo que acabo de escribir. Y si pasa todo, no será por mi capacidad profética sino porque de la misma forma que los ríos suelen desembocar en el mar, el laicismo agresivo y masónico del socialismo español desembocará antes o después en el océano del conflicto con la España católica a la que tanto odian.

La Iglesia, los obispos, quizás no puede señalar con nombre y apellido político al enemigo. Pero hará bien en arreglárselas para hacer entender a sus files quién es dicho enemigo y lo necio y traidor que resultaría para un católico usar el derecho que tenemos todos a votar para apoyarle.

sábado, 20 de octubre de 2007

Sermones parroquiales de Newman. Una maravilla de libro

Como bien saben los que conocen mi trayectoria, John Henry Newman jugó un papel fundamental en mi vuelta al catolicismo. Pero no tanto porque él me convenciera de dejar de ser protestante evangélico, algo que habría ocurrido con Newman y sin él, como por el hecho de que su libro sobre el desarrollo del dogma inclinó definitivamente la balanza de mi conversión hacia el lado del catolicismo en detrimento de las iglesias ortodoxas. De la misma manera que él afirmaba que el estudio de la historia de la Iglesia lleva al abandono del protestantismo, se puede decir que el estudio del mencionado progreso -que no variación- del conocimiento de la fe y la Revelación, conduce hacia Roma y no hacia Bizancio.

Mi admiración por Newman crece cuanto más le leo. No es sólo una cuestión de cercanía intelectual, de un uso personal de sus argumentos "racionales" como elementos que ayudaron y ayudan a formar mi conciencia. De Newman me atrae el hombre de fe, el cuasi místico, el hijo y hermano que ama tiernamente a su familia, el amigo que llora la separación de sus amigos y se alegra cuando restablece relaciones que creía perdidas.

El último libro newmaniano que he saboreado, no meramente leído, es "Sermones parroquiales" (Parrochial an Plain Sermons) de Ediciones Encuentro. Se trata de una colección de sus sermones como presbítero anglicano. Es decir, todos preparados y predicados antes de su conversión al catolicismo. Pero que en su práctica totalidad podrían ser predicados en cualquier púlpito católico de hoy en día. Es más, recomendaría vivamente a cualquier sacerdote católico que se los leyera y los usara para preparar sus homilías.

Algunos de esos sermones, sencilla y llanamente, me han conmovido. Otros han interpelado a mi conciencia. Todos me han enseñado cosas que me pueden ayudar a intentar ser mejor cristiano. El vicario de la parroquia anglicana de Santa María, en Oxford, no se andaba por las ramas. Iba directo al corazón y al entendimiento del fiel que le escuchaba. En lo referente a la santidad y a la necesidad de luchar contra el fariseísmo personal y comunitario, era cualquier cosa menos políticamente correcto. El Newman anglocatólico huía como alma que lleva el diablo del liberalismo teológico y de la justificación mundana de cualquier tipo de pecados. El pastor anglicano conocía bien el carácter del alma humana, y aunque es lógico que hiciera énfasis en las particularidades propias de los hombres y mujeres de la sociedad británica de su época, sus homilías valen para hoy y para el mañana.

Como ya he señalado, estos sermones pueden ser usados hoy por cualquier sacerdote de nuestra Iglesia. Newman es ejemplo vivo de lo que el Concilio Vaticano II habría de sancionar en el siglo siguiente. La gracia de Dios está también presente fuera de los límites visibles de la Iglesia Católica. El Newman anglicano era verdaderamente cristiano. La gracia de Dios ya estaba haciendo su obra en él y él era a su vez canal de dicha gracia para otros. Pero tan cierto es eso como lo es el hecho de que le faltaba el sello de la fe católica. John Henry Newman era como una cuna de oro con sábanas bordadas en platino y almohada de brillantes a la que sólo le faltaba el niño. Y el niño era la fe católica que acabó aceptando y profesando a los 44 años de edad.
Cuando lees al Newman anglicano te das cuenta de que lo tiene casi todo pero le falta algo. Algo que sólo la fe católica puede llenar. Y por eso mismo creo que sólo desde la fe católica se puede aprovechar al máximo lo mucho de bueno que hay en el Newman anterior a 1845.

Siguiendo el principio paulino de examinarlo todo para retener lo bueno, el fiel católico puede beneficiarse en gran manera de este libro. Para los que desconocen la venerable persona y la obra de quien llegó a ser cardenal de nuestra Iglesia al final de sus días, estos "Sermones parroquiales" pueden ser un buen punto de arranque. Y para los que le conocemos bien, para los que queremos verle pronto en los altares, este libro es una pequeña joya. Por tanto, querido lector de Cor ad cor loquitur (lema que eligió el Venerable JH Newman al ser creado cardenal), te animo a que lo compras, lo leas y, si te parece bien, me hagas llegar tu opinión sobre el mismo.


PD: Recomiendo que se lea la reseña que hizo el padre Guillermo Juan Morado de este mismo libro en su blog "Predicar en el desierto"

Cuando se usa a los hijos como escudos humanos


Cuesta creer que haya seres humanos que usen a sus propios hijos como escudos humanos, situándoles en medio de un enfrentamiento violento contra un ejército o contra unas fuerzas de seguridad policiales. Pero ese ha sido el pan nuestro de cada día en Palestina durante décadas y, para mayor sorpresa nuestra, lo acabamos de ver en un asentamiento ilegal cercano a Madrid.

Independientemente de lo que se pueda opinar sobre la intervención judicial ordenando el derribo de uno de los chabolos de dicho asentamiento, lo que es obvio es que algo tenemos que hacer para que evitar que vuelvan a repetirse las imágenes de niños y mujeres situados delante de unos miserables que tiraban piedras a las fuerzas del orden. En otras palabras: intifadas en Madrid o cualquier lugar de España.... ¡NO Y MIL VECES NO!


Es de suponer que saldrán los de siempre a hablarnos de la solidaridad con el inmigrante, la necesidad de acogida al que viene de otra cultura, de que la culpa la tiene la sociedad acomodada y burguesa y de que patatín y patatán. A la caridad con el extranjero nada tenemos que oponer, y mucho menos desde la fe cristiana. A la crueldad de unos padres que no dudan en enviar a sus hijos pequeños al peligro de un enfrentamiento a bolazos de goma y pedrada limpia, sí tenemos mucho que decir. Tenemos que decir que esa gente no tiene lugar en nuestra sociedad. Tenemos que decir que esos hijos no tienen culpa alguna de tener unos padres así pero que mucho nos tememos que en el futuro sean adultos igualmente violentos. Tenemos que decir que las autoridades han de hacer lo necesario para que esto no sea la mecha de un incendio que se extienda a otras partes, a otros asentamientos ilegales.

España es ya el país de Europa con más porcentaje de inmigrantes. Y somos el segundo del mundo tras Estados Unidos. Pero el problema no es tanto el número de ellos sino el hecho de que han llegado en muy poco tiempo. Este, a diferencia de otros, no es un país con tradición de acogida a masas ingentes de inmigrantes procedentes de otros lugares del mundo. Añádase el hecho de que estamos en un momento político-social bastante convulso, con un gobierno haciendo experimentos de ingeniería social a toda máquina y con una posibilidad real de fractura del país. El factor inmigración masiva y descontrolada no ayuda nada. Y no se trata de culpar a los inmigrantes, que al fin y al cabo son personas que simplemente buscan un futuro mejor al que tienen derecho. Es más, posiblemente ellos serían las primeras víctimas en caso de que aquí las cosas se pusieran peor. Pero algo hay que hacer para que el territorio español no se convierta en una especie de camping bestial donde se alojan miles de familias en condiciones de mala muerte, y con un concepto utilitario de los hijos que es incompatible con el sentido común y los pocos valores que nos van quedando en la otrora cristiana sociedad española.

De momento, habría que dar un escarmiento público. Aquellos que se han refugiado detrás de infantes para atacar a los agentes de policía, deben ser expulsados inmediatamente del país. Y se debe advertir a esas familias que el Estado no tolerará que usen a sus hijos como cebos de guerra. Cuanto antes se ataje el problema mejor. Si no, lo lamentaremos mucho.

viernes, 19 de octubre de 2007

El carnicero de Paracuellos nos pone en el centro de la diana


Como el patio no está lo suficientemente intranquilo y alterado, como la lay de memoria estúpida a la que llaman histórica no va a revolverlo más, ha asomado uno de los protagonistas históricos más destacados de esa historia que algunos quieren manipular. Santiago Carrillo ha dicho que la derecha actual es la misma que la de 1936, "con las mismas ideas", y con "los mismos cardenales y obispos" que la derecha de los meses previos a la Guerra Civil. Y por si no quedaba claro, ha reafirmado que "La Iglesia también es la misma, estaba en Cruzada contra la República y ahora contra el sistema democrático".

Hombre, si esto lo dice Bermejinski o cualquiera de los acólitos de Zapatero, pues nos lo tomaríamos a chufla. Pero es que el señor Santiago Carrillo fue primer protagonista de aquellos años, de aquella guerra. Tan protagonista como que fue responsable de la matanza de Paracuellos, como ha quedado demostrado de forma irrebatible por varios libros, entre ellos el de Paracuellos-Katyn de César Vidal Manzanares. A Dios hemos de dar gracias que don Santiago no tiene la capacidad de repetir lo que hizo hace 70 años, pero no seamos tan ingenuos como para pensar que sus palabras no hacen daño, porque lo hacen. Y mucho.

En realidad Carrillo es un engranaje más de ese motor puesto en marcha por Rodríguez Zapatero, que quiere conducirnos a un nuevo régimen que tiene como espejo en el que mirarse la II República. Y claro, la memoria histórica verdadera nos hace recordar qué le ocurrió al catolicismo español en aquellos momentos. El próximo 28 de octubre vamos a beatificar a casi 500 mártires de aquel entonces. Mártires que cayeron bajo las balas de los camaradas de Carrillo. Por eso, que él ahora nos vuelva a poner en el punto de mira, y no es otra cosa lo que hace con esas declaraciones, resulta cuanto menos preocupante. Porque siempre puede haber un grupo de descerebrados que decidan emularle.

En este país estamos acostumbrados a que desde los brazos políticos de una banda terrorista se señalen objetivos que luego acaban bajo una lápida. Carrillo no tiene a una banda terrorista detrás. No tiene la capacidad de Otegui y cía. Pero no es muy distinto de ellos. De hecho, él tiene las manos manchadas de bastante más sangre que ningún terrorista etarra, incluído De Juana Chaos. Si nadie desde la izquierda le desautoriza, si por el contrario muchos le aplauden y dicen que tiene razón, habrá que pensar que están empezando a fabricarse los ataúdes que serán morada de nuestros cuerpos mortales una vez que hayamos cruzado, como nuestros antepasados en la fe, la frontera hacia la gloria eterna.

jueves, 18 de octubre de 2007

Bienvenidos a Cor ad cor loquitur

Este blog pretender ser la continuación del blog con el mismo nombre que está alojado en Religión Digital. Doy la bienvenida tanto a los lectores y comentaristas habituales de Cor ad cor loquitur que quieran seguir leyéndome aquí, como a los nuevos que me encuentren en Blogger.com.
En la medida de lo posible seguiré fiel a la línea que he mantenido durante algo más de un año en Religión Digital, aunque es posible que no mantenga tanta actividad bloggística como hasta ahora.

Dios nos guarde a todos